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Villavicencio es conocida como “un manantial eterno”. Está ubicada a unos 50 km de la ciudad de Mendoza, se podrás combinar la historia y la geografía de esta provincia que vio crecer a su prócer máximo el General San Martín. Dejamos atrás la ciudad e ingresamos en la antigua ruta que conduce hacia Chile. El camino tiene una mística especial al pasar por el Monumento Canota, sitio en el que el general José de San Martín decidió partir en dos su ejército para atacar el país trasandino. Después, la escenografía cambiará rápidamente. El desierto comenzará a transformarse en una zona boscosa con muchos tonos verdes. Ingresamos en la precordillera y sus quebradas, esto es porque estaremos dentro de la Reserva Natural Villavicencio. Se trata de un espacio de 70 mil hectáreas ubicado entre cerros que van desde los 900 hasta los 3200 metros de altura. La reserva, declarada como tal en el año 2000,
presenta una increíble variedad de flora y fauna, reproducidos en gigantografías dentro de la oficina del guardaparques. Después de pasar por caminos de cornisa, antiguos senderos
construidos a pie por los indios huarpes y por los incas, alcanzaremos el mirador Los Caracoles, que se encuentra a 2200 metros y permite apreciar las montañas, sus senderos,
vegetación y, allí abajo, las tejas del Hotel Villavicencio, uno de los más aristócratas de toda Argentina. La construcción conserva intactos su fachada, galerías y balcones. Al finalizar el
descenso y luego de un merecido descanso y delicioso almuerzo, volveremos a Mendoza.